GUERRAS CARLISTAS

Durante las Guerras Carlistas, las comarcas del Bajo Aragón y Maestrazgo fueron protagonistas de excepción durante mucho tiempo. En 1833, al conocerse la muerte de Fernando VII, el barón de Herves en Morella y Manuel Carnicer en la Codoñera alzaron la bandera de D. Carlos. Herves fue hecho prisionero y fusilado, haciéndose cargo de las banderas de Aragón Marcoval, que ascendió a sargento a Cabrera. Carnicer luchó en Calanda, Belmonte, Belchite, etc., fue detenido y fusilado en el puerto de Miranda de Ebro, cuando se dirigía a Navarra. El Padre Mariano cree que fue una traición de Cabrera, que así quedó al mando de las tropas carlistas de esta zona del Bajo Aragón y Maestrazgo.  
Isabel II pasa revista a la tropas
Manuel Carnicer Griñón nació el 10 de junio de 1798 en Alcañiz, de familia humilde, sirvió como soldado en la quinta de 1818, en la Guardia Real de Infantería, ascendió a teniente en 1824, pero por su tendencia Carlista fue retirado en 1832.
Carnicer estuvo escondido en el Cin, en una cueva que lleva su nombre y un vecino de Castelserás le suministraba los víveres; se dice que un descendiente de este vecino alardeaba de poseer 11.000 duros de plata, entonces una gran fortuna, que pudiera haber sido el pago de Carnicer por los servicios prestados. En abril de 1835, cuando se dirigía a Navarra para entrevistarse con los jefes carlistas, fue descubierto al cruzar el puente de Miranda de Ebro y fusilado seguidamente. Iba disfrazado de arriero guiando a siete u ocho burros y acompañado de Salvo y García, que también fueron pasados por las armas. Se sopspecha que fue el mismo Cabrera quien lo delató al Capitán General de Zaragoza, de esta forma, eliminado Carnicer, quedaba Cabrera como jefe de todas las partidas carlistas que dominaban el Maestrazgo.
La villa de Castelserás figura múltiples veces en las historias de las guerras carlistas, unas veces como lugar de paso, otras de retirada y otras como punto de arranque de algunas de las embestidas que sufrió Alcañiz durante la época en que Cabrera dominaba la zona. De Castelserás fueron 48 las personas que se unieron a las partidas carlistas que operaron en el Bajo Aragón a las órdenes de Carnicer hasta primeros de 1835, y posteriormente a las de Cabrera. En septiembre de 1934 entraron en Castelserás tres carlistas armados y cruzaron las calles dando vivas a D.Carlos. Días después se presento en el pueblo el mancebo del cirujano, que se había unido a los carlistas, y personado en la casa del Alcalde se informó de si había tropas reales en el pueblo, regresando seguidamente a comunicárselo a Carnicer. La justicia no se atrevió a capturarlo por temor a represalias. También en noviembre de 1834, entró en el pueblo un grupo de carlistas con Pericón, y tres de ellos estuvieron bebiendo en la taberna de la calle de atrás, mientras los demás rondaban por el pueblo. En 1835 las huestes de Cabrera entraron en el pueblo y quemaron la Iglesia y la Ermita del Calvario.
Según Fray Manuel García Miralles, durante la 2ª guerra carlista, el general Ortega, junto con el rey D. Carlos tuvieron que huir de Ulldecona y, tras cruzar Mas de Barberán y los puertos de Beceite, llegaron a Castelserás pidiendo refugio en casa de un liberal que denunció la presencia de los fugitivos.
Durante la 3ª guerra Carlista, el infante D. Alfonso quiso ocupar Alcañiz, 13 de agosto de 1874, y dispuso el plan de ataque desde Castelserás. Al anochecer del día 14 tomaron posiciones así: Flix en Santa Lucía, Ganundi desde las Monjas del Molino de Avinaja, Pallos en los huertos del Carmen y el Cuartel General al mando de Tristany, detrás del cabezo del Cuervo. Pero Alcañiz los rechazó.